Hoy en día las personas sufrimos a nivel mundial del estado interno llamado soledad… muchas personas no importa si están en parejas, tienen hijos, familia, buen trabajo o se encuentran separadas, sin hijos, lejos de la familia, tal vez en situación de desempleo… en todos los contextos y a nivel mundial se encuentran un alto número de personas que sienten soledad, vacío, tristeza… Esto se muestra en los índices de enfermedad, separaciones, depresión, violencia, etc… en los que nos reflejamos cada día
Dentro de mi conocimiento y experiencia personal, pues es de lo único que puedo hablar con propiedad, encuentro que existen movimientos en la evolución que como raza humana estamos experimentando y se van decantando hasta el límite más cercano que tenemos que es nuestro cuerpo.
A nivel de raza estamos mutando en este momento de una vibración a otra, lo que nos exige un proceso de adaptación a lo nuevo y muchos preferiríamos que las cosas continuaran como “eran antes”. Esta añoranza del pasado nos coloca en un estado de tristeza por lo que se ha perdido… de duelo ante la inminente muerte de una existencia que era en muchos casos cómoda, no por ser más fácil, sino más conocida por nosotros.
Esta situación nos ha abierto a otras realidades que tienen que ver con la realización personal, con la expresión máxima de nuestros potenciales, con el encuentro del amor que va mucho más allá de las relaciones de pareja, padres e hijos, amigos etc… hacia el mundo y la humanidad entera.
Muchos hemos caído en ese estado de vacío, de no saber qué hacer, ni para qué, donde pareciera que nada tiene sentido. Este es el momento más oscuro antes del amanecer… abrir los ojos y mirar que las cosas se presentan ahora distintas y nos exigen mayor responsabilidad individual y colectiva. Este movimiento puede ser difícil o no dependiendo de cuan condicionados hemos estado por el pasado vivido, la edad en la que nos encontramos, los resultados de nuestro trabajo, y otros elementos del conjunto.
Cuando nos damos cuenta que tal vez no hemos hecho lo que nos gusta, lo que siempre quisimos pero no nos fue posible, o sentimos que hemos hecho demasiado y no se reconoce nuestro esfuerzo llega nuevamente al tristeza y se instala para acompañarnos en un proceso que es natural en el duelo… el retraernos y reflexionar sobre lo perdido. Si lo hacemos de manera natural y consciente pasará y encontraremos respuestas que nos avivarán el alma para salir y continuar, pero si nos quedamos allí podemos entrar fácilmente en la depresión, el desánimo y la falta de energía.
Cuestionar no es igual que culpar. Cuestionarnos las cosas que hemos hecho, cómo las hemos hecho, los resultados que hemos tenido hasta ahora puede ser un proceso muy productivo y motivador para ir hacia el encuentro con nosotros mismos… la mejor compañía y la única que durará hasta el momento de nuestro paso llamado muerte.
En el proceso reflexivo propio de la tristeza debemos considerar las cosas que nos gustan realmente. Descubrirnos, revelarnos a nosotros mismos de manera consciente y honesta. Encontrar la belleza en nuestro ser es la clave para que la soledad se retire de manera amable para dar paso a la completud (Cualidad de ser o de estar completo, lleno) el gozo, la llenura de estar en nosotros, con nosotros y para nosotros. Con las lecciones aprendidas y las nuevas tareas por realizar
Este despertar a nuestro SER pasa por una revisión, así como ir al médico, y para esto es condición indispensable la conexión con nuestro cuerpo, las sensaciones de agrado o desagrado ante las cosas que hacemos, los lugares en los que nos desenvolvemos y las relaciones en las que nos encontramos.
Somos seres que están para vibrar en la alegría, el placer, el amor y nos hemos convertido en personas, deprimidas, amargadas, vacías por no vivir de la manera en que fuimos creados…
Cuando nos encontramos a gusto en nuestro cuerpo, haciendo lo que nos da felicidad y satisfacción, contribuyendo al mundo con nuestra vida… entonces dejaremos de sentirnos solos para comenzar a sentir la compañía de la vida manifestada en forma de música, de caricias, de parejas, de trabajo, de hijos, de amigos, de familia, de risas, de baile, de amaneceres y atardeceres, de noches y días… de vida!
Esto implica la responsabilidad, respeto y compromiso que significa “estar” contigo, “vivir” contigo “amarte”.
Te deseo lo mejor siempre y que la vida sea quien gentilmente te guíe hacia tus mejores respuestas.
Atrévete a vivirte!!!!!
Un abrazo desde mi corazón
Yuleika
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