En una tarde nublada y fría, dos niños patinaban sin preocupación sobre una laguna congelada. De repente el hielo se rompió, y uno de ellos cayo al agua. El otro cogió una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas, hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido se preguntaron: ” ¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que haya podido quebrarlo con es piedra y sus manos tan pequeñas…”
En ese instante apareció un abuelo y, con una sonrisa, dijo:
– Yo sé cómo lo hizo.
– ¿Cómo? – le preguntaron
– No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.
Einstein dijo: “Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr”
Tomado del libro “La Culpa es de la Vaca” de Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo. Editorial Intermedio
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