Este puede ser momento de pagar viejas deudas, de restablecer, si no la armonía, al menos el equilibrio. Así que corrige, enmienda, rectifica: cuando los pescadores no pueden hacerse a la mar, remiendan sus redes. Que los apuros del momento te sirvan para arreglar tu relación con el Yo. Recuerda que la rectificación precede a todo progreso. Y una vez más, considera el lado útil de la adversidad.
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