Desde mi investigación de autodescubrimiento personal, que me ha nutrido como profesional desde hace ya 18 años, he encontrado que no todos estamos diseñados para el emprendimiento, o el liderazgo de otros, o las ventas, o la exposición pública de su hacer.
Hay muchas personas que tienen características de emprendedor, de líder de masas, tienen fuerza de voluntad y resistencia propias para ello. Tienen la capacidad manifestadora de su palabra o su acción. Esos son los que triunfan cuando inician algo, son los que por naturaleza lo logran, siendo modelo para quienes están a su alrededor y, en esta actualidad de globalidad tecnológica, a quienes tienen acceso a sus redes sociales.
Por esto muchos queremos ser como ellos, como ese grupo de personas que por naturaleza pueden lograr el inicio o emprendimiento de algo con éxito y paz interna. Paradójicamente estas personas, si ya son un grupo reducido en el planeta, muchos has sido condicionados desde pequeños en la familia por sus tempranos comportamientos de iniciadores, de ir donde quieren y hacer lo que les nace internamente, la familia muchas veces lo mira como un niño difícil, que no respeta límites y a la autoridad.
En la actualidad hay muchas de estas personas que han distorsionado su naturaleza convirtiéndose en seres que manifiestan dos comportamientos: Unos reprimidos en su energía, lo cual acarrea enfermedades a menudo crónicas, de estómago y órganos vitales a lo largo del tiempo. Otros llenos de rabia, andan por la vida llevándose por delante a cuanto Ser se le atraviesa e impactando de manera negativa a su entorno.
La naturaleza de estas personas es poder andar por la vida en paz consigo mismas y con su entorno, respetando la realidad o forma de vida de los demás. Y también esperan recibir el mismo respeto de quienes les acompañan en la vida, para cuyos se convierten en ese líder que les guía a explorar situaciones en donde lo nuevo se abre camino, lo que no sirve se muestra y lo que puede atentar contra la vida es probado por estos primeros que se arriesgan a lo que su corazón les guía. Están equipados biológica, emocional y energéticamente para sostenerse a sí mismos sin depender de nada ni de nadie.
Este es un grupo de aproximadamente 8% de la población por lo que no son comunes, pero si contundentes en su manifestación, con presencia clara de su energía, con voz potente para manifestar sus ideas, sentimientos o su Ser. Su palabra impacta de manera positiva o negativa a quienes conforman su entorno. Son los MANIFESTADORES dentro del Diseño Humano.
Ellos son los iniciadores en la vida y tal vez tú seas uno de ellos o tal vez no, por eso a lo que yo te invito es a dejar de imitar comportamientos y te observes, sientas y ames su propia forma de Ser. Investiga sobre ti mismo, encuentra tu esencia y así, construye la realidad en la que seas realmente feliz.
Esta información surge de mi investigación en el Diseño Humano y la comparto con quienes tienen a bien leer mis palabras. Seguramente Te preguntas, ¿Qué pasa con el resto de la humanidad que no pertenecen a este grupo? Pues tenemos otra forma, fuimos creados con una tecnología bioenergética distinta para hacer un mundo de satisfacción, guiar la energía de otros con estrategias y reflejar como vamos como humanidad…
Si cada quien está en su lugar, el amor fluye y la vida continúa sembrando, germinando y evolucionando desde el respeto, la inclusión, el reconocimiento de que somos parte de un todo y cada uno es único, indispensable y extraordinariamente creado para Ser quien Es…
Gracias por leerme
Yuleika C. Guzmán Rojas
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